lunes, 14 de enero de 2013

Get high with me.


Quince días llevamos de este 2013 y ya he tenido que pedir perdón dos veces; he dado las gracias, veinte y me habré fumado doscientos porros. Y mañana cumplo 23 años, cada cual más puñetero.

No he contado las veces que he echado a la gente de menos, pero sí que sé quién me falta a veces y quién me sobra siempre. También me ha dado tiempo a querer aprender a tocar la guitarra y a decir: "ostia, tú, la lavadora, que ya ha acabao".
 En estos quince días he querido meter en mi cama a Mila Kunis otras tantas veces, pero vamos... Que no he empezado esta entrada para contaros eso, menuda guarrada. Ha habido sexo entre mis sábanas, pero no estaba yo ahí para verlo. He dormido acompañada dos veces y, ambas, con todo el cariño del mundo. He escrito y corregido un cuento que le conté a una persona muy especial que seguramente esté leyendo esta mierda y pensando en lo estúpidas que son las flores (como siempre, ella no cambia de poema).
Si llevamos quince días y de esos quince días, dos de ellos son lunes, he empezado dos veces una dieta a medio día y la he roto por la tarde. He perdido casi dos kilos y tengo cinco asignaturas encima de mi escritorio esperando a ser, mínimo, resumidas.
He vuelto a salir con Lola, eso es algo novedoso. También es novedoso que consiga hablar con ella mirándola a los ojos, porque menudos son ellos cuando se abren esperando algún chiste sobre alguna bollera rara de nuestro alrededor. Y qué guapa es la hija de la grandísima puta.
Me he aburrido de esperar. También he decidido que las redes sociales no van conmigo y he descubierto el "a ver si me presentas a tu amiga, ¿no?"

También he escuchado Alejandro Sanz, ¿vale? Y Mariah Carey, joder, he estado sensible.

En fin, que tengo poco que contaros de estos quince días que llevamos de 2013, pero menos tiene que contaros Whitney Houston, que está muerta.

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